1 comentario:

  1. Mi vida día a día se llena de gratitud a Dios por aquellas personas que me enseñaron a caminar en las sendas de Jesús. Cuando pienso en testigos, recuerdo a mi abuela y mi tía preparándonos para ir al culto, ir a la capilla del campo que con tanto esfuerzo habían levantado mis bisabuelos y tantos otros que hoy son parte de la nube de testigos… recuerdo la alegría de ver a la Seño Sylvia que nos esperaba para la Escuela Dominical y contarnos esas historias bíblicas que fueron moldeando mi vida. Hay imágenes que no se borran, historias bíblicas que son sustento para el diario caminar, e historias de testigos que me animan en la maravillosa tarea de ser testigo del Resucitado, me animan seguir anunciando, sirviendo, a no quebrar esa larga cadena de testigos y testimonios…

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